Estimado Diego:
Tengo que admitirlo, no soy una persona a la que le interese mucho el fútbol. Criado como riverplatense, con ya casi 28 años de edad, hasta el día de hoy no tenía un buen recuerdo tuyo. Ésos venían de documentales o apasionadas historias de gente mas grande que yo. Tu imagen fué siempre la de un gran jugador venido a menos por las drogas, que se metía en escándalos de poca monta, una vida que no te envidio en lo mas mínimo.
Debo admitir que cuando me enteré que ibas a ser el director técnico de la Selección Argentina sentí miedo que fueras a arruinar nuestra (poca) buena imagen como argentinos otra vez, haciéndo algún escándalo (bueno, algo de eso hiciste) o con algún otro problema de dopping.
Tampoco esperaba grandes resultados. De hecho, no esperaba que pasemos la primera ronda del mundial.
Pero debo admitirlo: lo lograste. Lograste que al menos tenga una buena imagen tuya que haya presenciado yo mismo. Lograste que te gane algo de respeto, mas del que alguna vez pensaba llegar a tenerte. Y, al menos por eso, debo presentarte mis disculpas. Y no olvidarme de darte las gracias, la Selección hizo un muy buen trabajo representándonos, mas allá de los resultados.
Querido Diego: es hora de decir perdón y gracias.
Ni que las palabras hubieran salido de mi boca.
ResponderEliminarExcelente :D