sábado, 27 de febrero de 2010

Pensamientos sobre el libro electrónico

Tengo a mi alcance la revista de cultura Ñ número 335 de Clarín (iba a poner "entre mis manos", pero no puedo sostener el papel y teclear al mismo tiempo). Me llamó la atención un par de notas sobre el libro digital (al final, me dí cuenta que eran tres, pero saltié olímpicamente la primera de ellas, "Los claroscuros del libro digital", por Gisela Antonuccio).

En mi versión de primera nota, "El sueño borgeano" de Ariel Magnus, nos encontramos con una opinión "positiva" del asunto. En la segunda, "Los ejércitos invisibles" de Fabián Casas, con su contraparte negativa.

Ariel, en mi opinión, logra ver donde está el cambio: es el nuevo medio como forma de practicidad el que se impone, no el hecho de que no dependa de papel. Fabián, en cambio, no logra conciliar un futuro sin celulosa de por medio.

Sin embargo, ambos coinciden en algo: la importancia de que no se convierta en un medio multimedia mas por el solo hecho de hacerlo "mas interesante" a los ojos del comprador.

Yo quiero agregar un punto de vista mas: el del libro electrónico que no está relacionado a la literatura (al menos en su sentido cultural). Quizás alguno se pregunte si existen ése tipo de libros. La respuesta: si; algunos ejemplos: un manual de un artefacto, un protocolo de acción ante un evento.

En mi trabajo como diseñador de software de sistemas embebidos (eso suena a "importante"), es muy normal que tenga que consultar al mismo tiempo no una sino varias hojas de datos, que vienen a ser los manuales de un circuito integrado. Y hacer anotaciones sobre ellos. La manera mas cómoda a mi alcance, hoy por hoy, es la impresión sobre papel. Pero, además del peso y la portabilidad, que son problemas compartidos con cualquier medio basado en celulosa, sufren del problema de una vida útil mediana a corta.

A la hora de elegir un circuito integrado entre varios para utilizar en el producto, muchas veces conviene imprimir todas las hojas de los mismos. Y sólo un juego de ellas prevalecerá, el resto se descartarán (menos mal que tenemos la política de reciclar cuanto papel y cartón se pueda).

En fin, existe mucha mas funcionalidad para el libro electrónico que va mucho mas allá de leer un buen libro. Sea en el formato que sea.

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