En éstos momentos me encuentro en mi pago, la ciudad de Coronel Suárez. Llegué aquí para pasar año nuevo con mi familia. Y ésta vez, la celebración se sintió distinta. Creo que sólo al intendente de mi municipio, como se pudo ver hace poco en una nota en el canal local, le parece que no existe una crisis económica que nos pueda afectar. Creo que las celebraciones de éste nuevo año han demostrado lo contrario.
No sólo el clima estuvo frío, sino que también los festejos. La cantidad y variedad de turrones, panes dulce y todo elemento típico de la mesa de éstas fechas se vió notablemente diezmada. Llegada la hora 00:00, fueron pocos los petardos, cohetes y bengalas que surcaron el aire (¡y ni un sólo globo aeroestático se vió!). Pero donde mas se notó es en la gente: casi no se sintieron bocinazos de gente paseando en auto saludando, no hubo mucho movimiento mas que el que se dirigía a el boliche/disco de turno, no se sintió la algarabía general de éstas fechas.
La gente está sientiendo la crisis. Estamos sientiendo la crisis.
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